Decía
un escritor argentino que el cráter, la clave de la eficacia de un relato breve está en
el punto de encuentro de dos historias, de las cuales una se nos cuenta y otra
se deja a nuestra intuición. Vargas Llosa hablaba del dato escondido, algún elemento de la historia que no se nos dice
claramente. Alguno de los mejores relatos de esta colección de Patricia
Highsmith se basa en esa técnica: es el caso de "La heroína", donde
vamos poco a poco atisbando la enfermedad de la protagonista, hasta que algún
hecho confirma nuestras sospechas, pero de un modo brusco y que no esperábamos.
De algún modo el dato
escondido nos hace despertar la tensión, nos pone
en situación de esperar algo raro, como en esos trenes de feria que te meten
por recovecos oscuros.
Highsmith
nos desvela poco a poco un paisaje que al principio se muestra apacible para
después, pasando al plano general, desasosegarnos con la presencia de algo que
"no debería estar ahí", hasta que nuestra inquietud se vuelve
desolación, al contemplar todo el cuadro. Todos los cuentos de este volumen se
resuelven en desesperanza, al quitarnos progresivamente las posibilidades de
que algo pueda terminar bien. A veces el desenlace no existe, y la primera decepción
que sufre nuestra curiosidad se cambia en la conciencia de que esa falta de un
final es aún más desoladora que, por ejemplo, el horrible fin del profesor
Clavering.
Jesús LCL
__
No hay comentarios:
Publicar un comentario