domingo, 18 de diciembre de 2016

Patricia Highsmith, "Once"

Decía un escritor argentino que el cráter, la clave de la eficacia de un relato breve está en el punto de encuentro de dos historias, de las cuales una se nos cuenta y otra se deja a nuestra intuición. Vargas Llosa hablaba del dato escondido, algún elemento de la historia que no se nos dice claramente. Alguno de los mejores relatos de esta colección de Patricia Highsmith se basa en esa técnica: es el caso de "La heroína", donde vamos poco a poco atisbando la enfermedad de la protagonista, hasta que algún hecho confirma nuestras sospechas, pero de un modo brusco y que no esperábamos. De algún modo el dato escondido nos hace despertar la tensión, nos pone en situación de esperar algo raro, como en esos trenes de feria que te meten por recovecos oscuros.
  
Highsmith nos desvela poco a poco un paisaje que al principio se muestra apacible para después, pasando al plano general, desasosegarnos con la presencia de algo que "no debería estar ahí", hasta que nuestra inquietud se vuelve desolación, al contemplar todo el cuadro. Todos los cuentos de este volumen se resuelven en desesperanza, al quitarnos progresivamente las posibilidades de que algo pueda terminar bien. A veces el desenlace no existe, y la primera decepción que sufre nuestra curiosidad se cambia en la conciencia de que esa falta de un final es aún más desoladora que, por ejemplo, el horrible fin del profesor Clavering.


Jesús LCL

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