viernes, 18 de marzo de 2016

Luis Mateo Díez: "El animal piadoso"


Crónica de la reunión del Club de lectura 15 de febrero de 2016

Luis Mateo Díez nació en Villablino (León) en 1942, es  académico desde el 2000 con el sillón “I” y ha recibido innumerables distinciones en su trayectoria literaria. Destacamos, por nombrar alguna muestra, el Premio de la Crítica de Castilla y León en 2009 o el Premio Francisco Umbral  al mejor libro del año 2012.

El relato sobre el que opinaremos hoy es calificado por algunos estudiosos, como novela policíaca. Nosotros, los lectores del club, no hemos llegado a esta conclusión. Creemos que el autor  aprovecha un entramado policíaco, una historia verdaderamente pasional y misteriosa manteniendo el suspense durante toda la obra, como hilo conductor para dar paso a la reflexión sobre temas actuales desarrollados con un estilo de una elocuencia extraordinaria: la enfermedad del cáncer, la religión, la prostitución, la familia, la infancia o el acontecer de la vida posterior a la jubilación. A ello, se unen otros pensamientos filosóficos repletos de carga emocional, que nos trasladan al sentimiento trágico de la vida unamuniano (la vida es tragedia y es contradicción), o a la angustia kierkegaardiana de la existencia, con la nada que nos precede y nos sucede de la que hablaba Sartre.

Los acontecimientos transcurren entre dos lugares imaginarios, pero universales, Armenta (donde trabaja el protagonista: el comisario Samuel Mol) y Celama (donde nace) e irán surgiendo tras un reencuentro fortuito con Elicio Cedal, trayendo a la memoria de aquél un crimen sin resolver. Este será el punto de partida a partir del cual ese comisario jubilado, viudo, solitario y obsesivo se recreará en expiar sus culpas, atormentado por sus propios fantasmas. Es un ser sin apegos paternales, con poco afecto hacia las mujeres (el autorno parece desarrollar demasiado los personajes femeninos), y por ello está cargado de una omnímoda soledad que le rodea por todas partes.

La enriquecedora  narrativa repleta de símiles (la hendidura que tenemos en nuestro devenir -capítulo X – o el  túnel -capítulo XVII- que no somos capaces de cruzar), la descripción tan definida de personajes, lugares y ambientes sintiéndonos oler su realidad, la inversión de la secuencia cronológica vinculando tiempos pasados y presentes, la matización de las palabras, el juego sonoro de los nombres propios, los textos a modo de sentencias y la percepción de lo trágico de la vida llevada hacia el nihilismo, hacen de este libro una lectura fascinante que invita a la reflexión del lector en su replanteamiento del  futuro como destino.

Tanto el argumento como el ideario del autor en “El animal piadoso” quedarían resumidos en este párrafo, extraído de la página 57-8:“No es fácil acomodarse al propio peso de la vida que llevamos, ni al del cuerpo ni al del espíritu. Y siempre estaremos en el trance de arrepentirnos de algo, por grave o leve que sea”.

                Lectura imprescindible, sin duda.


Araceli de la  Torre