No soy una gran lectora, sin embargo, tengo que reconocer que
algunos libros me han dejado huella, bueno, no sé muy bien cómo
explicarlo, pero los recuerdo de una manera especial. Algunos porque reí
con ellos, otros porque lloré "a moco tendido", otros porque me dejé
seducir por sus versos.
El primer libro que leí de verdad, me
lo regaló una de mis hermanas mayores: Platero y yo. ¡Qué triste,
lloré con el protagonista!
Con El príncipe destronado de Miguel Delibes me reí todo lo que quise y más.
Y me rendí al amor juvenil con Cien sonetos de amor de Pablo Neruda.
Hay tantos...
Mercedes Sahuquillo