martes, 17 de diciembre de 2013

Juan Ramón, Delibes, Neruda.

Hola:
No soy una gran lectora, sin embargo, tengo que reconocer que algunos libros me han dejado huella, bueno, no sé muy bien cómo explicarlo, pero los recuerdo de una manera especial. Algunos porque reí con ellos, otros porque lloré "a moco tendido",  otros porque me dejé seducir por sus versos.
El primer libro que leí de verdad, me lo regaló una de mis hermanas mayores: Platero y yo. ¡Qué triste, lloré con el protagonista!
 
Con El príncipe destronado de Miguel Delibes me reí todo lo que quise y más.
 
Y me rendí al amor juvenil con Cien sonetos de amor de Pablo Neruda.
 
Hay tantos...
 
 Mercedes Sahuquillo
 
 
 

jueves, 5 de diciembre de 2013

Mercedes Salisachs: "La gangrena"



De este novelón se podría haber hecho una serie televisiva de las que en los 80 titularon Grandes relatos. Recuerda, en efecto, a una de esas epopeyas de hombres de nuestro tiempo, dudosamente recomendables, cuyo paradigma vendría a ser Hombre rico, hombre pobre. La gangrena es un best-seller a aquella vieja usanza, con todos los ingredientes del éxito: destreza narrativa, amor, lujo, toque social y toque existencial, algo de morbo sexual (que aquí se diluye y no se mastica, a modo de condimento)..., una fina artesanía, en suma, gracias a la cual hablamos no sólo de un producto de éxito sino de una gran pieza literaria.

El cuadro de egoísmos, odios y ambiciones que se nos presenta aquí es alucinante. Mercedes Salisachs deja sin embargo un lugar a la esperanza, un tanto postizo desde el punto de vista novelístico, pero no del de la realidad.

Jesús LCL
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lunes, 2 de diciembre de 2013

Joseph Joffo: "Un saco de canicas"


Joseph Joffo dejó de ser niño a los diez años, cuando su padre les tuvo que pedir, a él y su hermano mayor, que huyeran de casa para pasar a la Francia libre a la mayor brevedad: era peligroso ser judío en el París de 1943. Y aquí empieza una peripecia de esas que hacen bueno lo de que "la realidad supera a la ficción". Anda que no llevaba años conociendo el título de este libro, y siempre pensando en él como una novelita juvenil con su cuota de ñoñez, de esas que se quedan en deplorar lo malos que son algunos seres humanos. En lugar de eso, me encuentro con una magnífica historia de supervivencia y reciedumbre, que me recordó a Primera sangre, la novela que inspiró lo de Rambo, no porque los personajes se parezcan, que afortunadamente no, sino porque en ambas asistimos a una implacable caza del hombre que choca con una inquebrantable voluntad de vivir. Pero esta se ve aderezada por el encanto de los protagonistas, niños al fin, pero obligados a dar todo lo que pueden dar como hombres; y por las virtudes de que hacen gala: valientes, avispados, fieles el uno al otro y a sus padres, aunque se peleen de vez en cuando como tienen que pelearse dos chicos. Como diría un conocido mío, que gustaba de medir las cosas de este modo: cero lagrimones, máxima virtus.

Jesús LCL

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Algunos libros buenos que me dejaron huella...

...cuando yo hacía el bachiller: Juan Salvador Gaviota, El hombre que plantaba árboles, El guardián entre el centeno, El túnel... Os seguiré mandando más a medida que haga memoria.

MAR